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jueves, 2 de mayo de 2013


La comparsa por el Mes de las Letras-Promoción 74

 

 

Con el paso de los años nos damos cuenta de la gran importancia que tiene el ser una promoción unida.

 

¡Y llegó el día que todos estábamos esperando con ansias! ¡El día de la Promoción 74!
 
Algunos ingresaban al colegio con enormes sonrisas en sus rostros y gigantescas bolsas en sus manos en donde se encontraban sus extravagantes disfraces; otros se encontraban cabizbajos, pues por diferentes motivos no lograron conseguir vestuarios para aquella ocasión. Pero lo que llamó realmente mi atención fue que tanto el primer como segundo grupo estaban dispuestos a dar todo lo necesario por dejar en alto la reputación de nuestra querida promoción.
 
No estábamos enterados de que se realizaría un simulacro una hora antes del segundo recreo, es por eso que la mayoría pidió permiso para irse a cambiar a los baños. Los demás alumnos de los otros grados nos veían muy sorprendidos, ya que pensaban que habíamos preparado un número especial para el simulacro. ¡Y no los culpo! ¡Realmente parecía eso!
 
Cuando sonó el timbre indicando que nos encontrábamos ya en la sexta hora de clases, nuestros corazones latían cada vez más rápido. Sentíamos la adrenalina recorrer por todos nuestros cuerpos. Algunos aún no nos habíamos alistado, pues pensábamos hacerlo en la hora de Inglés; no, no para perder clase. Si bien es cierto que a ciertos profesores les incomodó que utilizáramos su clase como el momento para prepararnos, nunguno se pudo negar ante nuestras súplicas.
 
La mayoría de los alumnos de cuarto año de secundaria estaban muy preocupados, ya que no habíamos tenido ningún solo ensayo anteriormente, pero ese no fue motivo para borrarles sus enormes sonrisas.
 
Pude observar unos cuantos mimos, princesas, payasos y... ¿extraterrestres? ¡Así es, en este día todo era válido! ¡El profesor Eddy no se podía quedar atrás! Su corbata colorida no podía faltar en esta bella ceremonia.
 
Mis amigos y compañeros caminaban al compás de Color esperanza, canción compuesta por el famoso músico Diego Torres. Todos cantábamos a viva voz. ¿Por qué? Porque nuestro objetivo era que todo el colegio Claretiano nos escuchase.
 
Los profesores de Lenguaje de los otros años de secundaria también nos apoyaron... Claro, excepto una profesora.
 
John leyó unas cuantas frases, a las cuales nosotros respondíamos: Nos gustas tú. A los chicos no les agradó mucho la idea, sin embargo, lo hicieron. Sin lugar a dudas, la frase que más llamó la atención de todos los presentes fue: Me gusta la manzana. A la cual todos respondimos con un rotundo no. La mayoría se quedó boquiabierto. ¿Cómo era eso posible? ¿Por qué habíamos respondido de esa manera? La respuesta era muy sencilla: Nos parecía un abuso el precio de esta fruta. No estábamos dispuestos a consumir un producto con tan elevado precio.

 

César Zúñiga, por su parte, nos deleitó con su excelente rap. A pesar de que este género musical no sea del agrado de una cierta cantidad de personas de la Promoción 74, ese día fue completamente diferente.
 
Un grupo de alumnos recitó el hermoso poema Los Heraldos Negros, obra de César Vallejo, poeta y escritor peruano considerado entre los más grandes innovadores de la poesía del siglo XX. Y como diría el crítico Thomas Merton: El más grande poeta universal después de Dante.
 
Por más que las autoridades educativas nos prohibieran hacer nuestro Harlem Shake, no puedo negar que nuestra presentación fue magnífica. Si para la próxima oportunidad vuaelvo a ser DJ, prometo poner esa canción junto con El baile de Peter la Anguila, pues sé muy bien que todos estaban entusiasmados con la idea.
 
 
Tengo un sueño, una ilusión
gritar con el corazón y emoción
en lo alto, bien alto
¡Que yo te amo, setenta y cuatro!
 
Priscila Zumaeta

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